Ni Evita ni Juan Domingo Perón pudieron descansar en paz después de su paso a la inmortalidad. Los cuerpos de ambos sufrieron una serie de profanaciones hasta llegar al lugar en el que se encuentran
Eva Perón es un símbolo de la historia y la política argentina. Amada por muchos y odiada por otros, falleció de un cáncer a los 33 años el 26 de julio de 1952, hace 70 años. Su marido, Juan Domingo Perón, vivió bastante más, hasta 1974. Sin embargo, los cuerpos de ambos recibieron una serie de ultrajes y profanaciones que llevaron a que actualmente sus restos no descansen juntos, algo que dirigentes del Partido Justicialista (PJ) buscaron revertir.
¿Qué pasó con el cadáver de Evita?
Tanto el cadáver del general como el de la abanderada de los humildes fueron protagonistas de increíbles y perturbadoras historias.
El cuerpo de ella fue secuestrado por la Revolución Libertadora (1955) y ocultado durante casi 20 años en un cementerio del norte de Italia. Hechos que se dejan ver en la serie Santa Evita estrenada en Star+ y protagonizada por Natalia Oreiro, basada en el libro del mismo título de Tomás Eloy Martínez.
Por su parte, Perón sufrió post mortem el cercenamiento de sus manos, símbolo también de lo que fue su paso por la Presidencia argentina en tres ocasiones y de los repudios que cosechó su figura en varios sectores.
Antes de ello, el único momento en que ambos líderes pudieron descansar juntos tras su muerte fue entre noviembre de 1974 y octubre de 1976, cuando sus cuerpos permanecieron en una pequeña cripta en la Quinta de Olivos.
Incluso, cuando el cadáver de Evita fue recuperado con el fin de la proscripción del peronismo, José López Rega, ex ministro de Bienestar Social y conocido como “El Brujo”, intentó traspasar el alma de Eva hacia “Isabelita”, quien era esposa de Perón en ese momento.
Golpe militar de 1956: qué pasó con los cuerpos
El golpe de Estado contra Estela “Isabelita” Martínez de Perón y el comienzo de la dictadura militar hizo que los destinos de los restos mortales de aquel matrimonio símbolo del PJ volvieran a tomar caminos separados.
En octubre de 1976, el dictador Jorge Rafael Videla ordenó que los cuerpos fueran retirados de la Residencia Presidencial y entregados a sus familiares.
Los restos de Evita fueron colocados en la bóveda de los Duarte en el Cementerio de la Recoleta, donde permanecen hasta hoy, mientras que los de Perón fueron ubicados en la bóveda familiar en la Chacarita (Isabelita pretendía que descansara en el Panteón Militar, algo que fue rechazado de plano por la dictadura).
Juntar a Perón con Eva: un sueño del PJ
A partir de ese momento, el deseo de la gran mayoría de los dirigentes del PJ fue reunificar a Perón y a Evita para que puedan descansar juntos en la Quinta “17 de Octubre”, en San Vicente.
El 17 de octubre de 2006 el cuerpo del tres veces Presidente fue trasladado a ese lugar: la jornada quedó opacada por los graves enfrentamientos que hubo entre distintos sectores sindicales, que incluyeron disparos de arma de fuego.
Sin embargo, la decisión familiar de los Duarte es que sus restos sigan en la bóveda de la Recoleta, indicaron a NA parientes de la ex primera dama.
Por ahora, el camposanto porteño seguirá siendo el punto de peregrinación de miles por año: el futuro dirá si el descanso allí es definitivo o tendrá un nuevo traslado, uno más en su derrotero post mortem.